jueves, 19 de mayo de 2011

Conocí a una mujer cuyo nombre era deseo

¿Quién ama la guarida donde no amanece el sol?
Hay preguntas como llaves rotas. De un tren
a otro tu mercurio o tu invierno. He visto
un cuerpo como un laberinto, la mitad de la luna
en su lagrimal. Qué día o qué noche o qué pulgar
de pétalos o qué sed ciega . Tu cáliz como un navío
rojo. Perdona por mis secretos que son azules
y navegan y algunas veces mienten-otras no-.
Un café con el deseo imposible del almíbar
(rompe el cristal la furia de una anécdota
y en la roca y en el murmullo yo aprisiono tu hoguera).
Eres un extraño maquillaje –espío sin querer la marcha
insomne de tus botines- ¿hacia dónde el eco?,
¿al más allá, aquí, a la nube? Ya te alejas.
Sí, ya te alejas.

domingo, 15 de mayo de 2011

La Meseta

Ahora resucitan los campos con su virtud cuadrada.

Casas de adobe con las branquias abiertas,
el vuelo de la cigüeña como un poderoso bombardero de sueños.

La luz tiene el color de la espiga,
en el aire los telégrafos levantan sus cruces de pino
blanco.

Tú sabes que la ciudad es sólo un nombre,
que jamás su amanecer de pantera
abrigará nuestro paso.

Tú sabes que no existe memoria más allá del horizonte.

Más acá del deseo.