lunes, 29 de abril de 2013

Madrugada



Brillan las serpentinas de la luz.
Esta noche es la noche del desamparo
(el vacío caminó junto a ti con copas grises,
palabras sin aire, quinielas del azar). La sombra
que dejas me atrae como un círculo por descubrir.
Afuera, la madrugada gime su hartazgo de rubia sed,
el trino de la piel que llueve.

viernes, 26 de abril de 2013

Sólo me queda la palabra


Es verdad, quizá podría haber sido distinto.

Yo soy yo como tú eres tú, y no ignoras
que un sólo suceso
ocurre entre dos instantes de tiempo.

Aquel golpe
se refugió en mi devenir para siempre.

Proseguí en el empeño de jugar(¿qué no es un juego,
salvo el dolor?)en los patios del álgebra,
en la memoria de lo intangible,
en el susurro de mi ansia juvenil.

No conocí otra razón que no fuera el discurso
de la inercia, libros desgastados que leí
en plazas solitarias,
el sol como un embrujo,
algunas veces tu estrépito
y el color divagando sobre las losas,
nimbándote de luz.

Fueron trozos de lluvia que desnudaron la piel,
correos que puse a volar
con palabras invisibles,
la muda transición del iris cuando un pensamiento
se ancla en la fe.

En mi habitación el día cambió su vestido,
las voces de la quietud hirieron el pedestal de la música
para que nadie vigilara el tránsito del silencio,
su imperio o su desdén.

¿Cuántos años así, perdido en lo oscuro,
en el miedo o en tu himen
como una cruz despoblada?

De lo más hondo surge la verdad,
entonces la ilusión
es un viaje que deslumbra
y convierte tu vida en licor,
letras o sueño.

Tanto que ya no eliges ser otro
porque deseas un vestigio que te nombre,
más allá del hoy, más allá de ti.

Que dure, mansamente, la palabra.



Me gusta esta canción de Rosa León, basada en un poema de Jesús Munarriz

lunes, 22 de abril de 2013

El cine y la educación sentimental


En el peplum de la edad tu labio intacto.
Arriba y después dos hemisferios, el sur
de las butacas rojas, la magia del niño.
¿Y la luz del futuro, adolescencia que
quema el fruto de la carne?. Al atardecer,
la máscara pronuncia un mensaje sin alas,
el soliloquio del jazmín en historias de látigos.
La comedia es la comedia, lo mismo que un rosal
florece entre serpentinas y ardor, lujuria
y delirios.¿Has roído el panorama de los ángulos,
el efecto del temblor, la sinrazón de las tardes
perdidas cuando el cuerpo divaga sus dudas
y su suerte?. En la oscuridad los mitos florecen,
las pasiones alumbran su reloj, el deseo busca
un rostro de inmensidad. Ya no voy a los cines
porque me duele la imposición de un final,
esa violencia tan dulce de los diálogos abstractos,
los paisajes, la palabra, el oro de los instantes
que enternecen mi noche.

viernes, 19 de abril de 2013

Madre

Quisiera un sol en el camino del mar. Mi casa
de cristales ambiguos que repiquetean como
badajo en mi corazón de añil. Recuerdo la
geometría de un suelo inhóspito(a cambio
la bondad de los cuadros, la piel de las paredes
rugosa como un barniz de tiempo).Allí estabas tú,
sombra de madre, caída como un árbol de octubre,
intangible, con el dedo abstracto de la caricia roja.
Mil veces me pregunté por tu razón predecible,
había en tu grito el misterio de las hojas intactas,
lo mismo que el otoño cuando agita su serpentina
en las estaciones del frío. Cuando vuelva a mi
canto gris, de sábanas azules, de mercurio en la luz,
de sopor en la mirada ausente, de lujuria en la ceniza.
Cuando vuelva a los objetos que han mordido la huella
de mi presagio, reconoceré el oído insomne de mi
desventura, y en él seguirás tú, extraña efigie de mi ser.

miércoles, 17 de abril de 2013

Vecinos

Se ha borrado la luz de mi crepúsculo, piso el laberinto,
las grecas inflamadas por el silencio, los cuadros
que eternamente sonríen.

La casa me mide, juega con sus abalorios blancos a ser
una pregunta que crece como un violín insomne.

Hay habitantes que son la periferia de la memoria.
Ellos se acercan a las ventanas y sueñan la noche
creyéndose las dudas del hastío.

Yo no sé si los armarios esconden rostros de caimán
o abrigos que olvidaron su himno o quizá mariposas
de abril que han muerto como soles de escarcha.

Estamos aquí los que no reconocemos el pasillo,
los que adivinamos el eclipse de las edades
en las viejas alfombras de Persia.

Suenan los teléfonos como jaulas escondidas,
parpadean los televisores con sus heridas de tiempo
y nosotros ya no esperamos el beso o la realidad
porque más allá de este hogar ambiguo, las dañinas
amapolas mienten al suburbio, al corazón donde tú vives.

Aún busco las caderas de la paloma fugaz, su miedo
ama el iris de un nido que se cierra y se cierra.

Y es que había una historia que contar, vecinos de amable apariencia,
palabras como dientes de sierra en cualquier patio o tragaluz.

Y por fin, la música, el silabeo de los libros o el efímero teclear
de una máquina robada.

Dicen que las arrugas de la vida se posan en los objetos inútiles
(la pluma rota, el Cristo de plata, la torre sin el haz, los imperfectos
escarabajos de la suerte, los ceniceros y su idioma impostor).

Las confesiones miraron en el corazón inerte para que así entendiéramos
la soledad, que no es soledad sino candil que danza.

Aunque tú ya no lo sientas.


viernes, 12 de abril de 2013

En manos del destino



El albatros pregunta por tu ser.

También la memoria que viaja ciega.

Has sido lo que eres, un alfil
vago, con dedos de betún.

Ahora puedes mirar el horóscopo
y responder que no. Una y otra vez
responder que no.

miércoles, 10 de abril de 2013

Hay que ser fuerte en la miseria

Una vez más la oruga consiente.

Lluvia en los espejos, el bárbaro golpea
mi silencio,
mi luz
y mi aurora.

Es la estrategia de la mudez,
el óxido de la palabra.

Seguir y seguir hacia el puente nuevo,
la arteria hospitalaria,
los escaparates vencidos.

Aquí los pasos,
en el árbol solitario
que se aleja o no.

Goza lo oscuro en la claridad,
tus azules, el sol desmembrado, los ecos
de esta premura.

Sobrevive, si puedes.








lunes, 8 de abril de 2013

Visita al Escorial



Ya conocía el aire del norte. Sus altos
edificios de cristal y nubes. El paisaje
fue una derrota de encinas. Mi oro resplandece
bajo la lluvia como un osario perdido y azul.
¿Has visto la arquitectura de esta madre,
su corazón ególatra? Pronto las herramientas
lloran, la maquetas se oxidan como un pensamiento
vacío. Escaleras, muros, la estancia pobre de un sueño
que vanagloria los ecos de la inmensidad. Y después
el rico mosaico de los dioses- niños también-
en sus cunas de mármol. Pesa la memoria
como pesa la inapetencia del hoy. El frío encoge
los estantes de la biblioteca, no puedo seguir
el camino de este sepulcro inmortal. Me desvío
con mis labios doblados hacia el sur, en los
huesos de la tez vive el hambre. Mi hambre
de sol y cenizas.