lunes, 27 de enero de 2014

Tu rostro

Desciende un pómulo hacia el sur.
La curva del aire en la piel o la hermosa
sonrisa de la noche. Los ojos y su fuego
de color, la cálida onda del manantial
derramado en hilos, su roce de alas,
el subterfugio de los visajes. Los labios
como crepúsculo de mentira, su don,
su tiniebla. El oído blanco que no escucha
el alud, las cejas muertas del cansancio.
Es tu rostro un jardín extraño de aves
sin patria ni destino. Nunca te pregunté
adónde mira lo que niegas. Ni si era
tuyo el perfil que asoma.

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