domingo, 2 de febrero de 2014

Seis meses en otro lugar

Palacio o no,
aire cálido,
luz de esporas.

Mi destino desfila
con el lenguaje mineral
del salitre.

Incontables parecen los nombres,
las actitudes en cambio
solo usan mi disfraz
como si la virtud de un sonámbulo
fuera edén o capricho
o penumbra.

Yo describo la metamorfosis
con ironía de duende,
cedo al cansancio de mis pies,
hablo de ciudades que conocí
en mi sueño de ángel.

No hay disciplina que mate la verdad
cuando el brillo de una piel, los miembros
tensados de la duda, el corazón libre
del extranjero vacían su azul
en los orificios de la isla.

Un solo rumor de autobuses sin memoria
desnuda los pechos que tiemblan.

La música
imperceptible
vaga entre luces tropicales,
entre ejércitos sin paz
que clausuran los misterios del lenguaje,
los gritos del pánico que llora.

Seis meses
como seis aullidos ciegos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario