lunes, 16 de marzo de 2015

Nunca sabrás que te dedico este poema


Línea a línea la comisura de una piel sin retorno.
Mi viaje deja de ser un eco, encuentra la voz
en la elipse, la humedad en el ojo que mira al sur,
las panteras que llueven en un abril engañoso.
Nada es múltiple, nada ni el unísono paso de
la discordia o el azul que muere en un frac blanco
o en un jean sin hogar. El latido, el lento latido
de la música y el frío de los meteoros y la languidez
que invita a la noche a ser artificio o luciérnaga
herida. Has sido la máscara que llora, la verdad
de un tren que finge el adiós, la cadencia de las
frases amigas en tugurios próximos como un jardin
desolado. Admiro tu sombra, la infinitud de aquel
espejo que habló como un padre y dijo he aqui
el misterio de los bodegones solitarios
, la marca
que aún fluye en tu memoria vieja. Si te recuerdo
es por la ausencia, si en el ámbar de las olas sin
regreso apoyas tu cabeza diminuta sobre pilares
imposibles, será por la nostalgia inmadura que
se refugia en el alud de estos dias insomnes,
días que todavía sueñan lo imposible en la raíz
de la bienvenida, en el sol perpetuo de los enigmas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario