domingo, 26 de junio de 2016

El futuro

El tren olvida, yo no.

En el vagón el mundo es cambiante,
países, hombres, naturaleza que fluye.

Por dentro hay un territorio de fósiles,
palabras que rebotan como ecos,
imágenes que vuelven a su sed,
el cansancio terrible de la permanencia.

¿Adónde voy con este cuerpo que se retrae
igual que un ángel sin paz?

Me dicen que la isla no ama la luz
sino el silencio del volcán que precede al estupor.

La vida asoma negra sobre la tierra fértil,
la muerte es un lagarto que ríe
escondido en el corazón de la retama.

El tren olvida, yo no.

Como este viento ágil que desdeña la memoria,
como el color que azuza mi iris,
como la silueta que va dejando un rastro de olvido,
así mi voluntad de futuro.

Qué sol tan tibio el que ahora me comprende,
qué voz la que me llama con otro nombre
que ya es el mío,
qué largo mañana el que me espera.

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