sábado, 1 de julio de 2017

Ciudad negra

Amplia, sin horizonte, la ciudad.¿Qué busco aquí?,los bolsillos
pesan, la línea que me dividía se ha quebrado en ramajes,
las palabras volaron como briznas de una hoguera húmeda,
solo los ecos de los rumores-comidas bajo la luz artificial
de noviembre, la letanía de de unos labios que nunca hablan-
contra la memoria del silencio que transita mi sangre apócrifa.
La ciudad es un zoco que vende arco iris, escoria y fatalidad.
Yo lo sé, sé que llego a su portal de voces heridas, a su olor
de detritus sin patria, a su indiferencia de madre apóstata
con la ilusión de las hojas imberbes y el corazón virgen
de las crías de pájaro. Por eso mis pies no cesan de caminar
por sus calles de ámbar, balcones cerrados contra la claridad
inservible, gritos que aterrizan sobre baldosas mudas mojadas
por el sueño de los cómicos. Teatro de vida la miseria que tatúa
el corazón de la urbe, su abrazo clama por el humo blanco
de los príncipes. Humo negro el latido de su noche en mi sed.





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