miércoles, 22 de noviembre de 2017

El poeta recita(a Raúl Zurita)

No sé por qué se ovilla, parece que la palabra
le aguijoneé el alma. Escucha el clamor de otra
poesía con la bendición de sus ojos caídos. Se
alza y es una uve encaramada a un sueño. Dice,
concita, los versos malditos de una vida dura
y muerta. Y su dolor no calla, no calla. Le oiré
decir, sangre, amor, desdicha, duelo, rabia,
locura. Pero él no cejará mientras la luz
crezca en su hombro y aún se sienta vivo.

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