domingo, 31 de marzo de 2013

Las alucinaciones del viajero


Todo el mundo está aquí.

Porque hay color y cielo blanco,
árboles amigos, siembra,
pájaros sin alba.

Todo aquí es armonía,
tierra desvestida por la luz,
aire sin regreso, límpidas
cumbres de azabache.

Sólo en un instante de ciega memoria,
nada más que en el eco de ese tiempo pasado
que convoca la desnudez de un paisaje
puedo comprender mi locura.

Yo fui tránsito fugaz, molde de encina,
brizna de hierba, fruto que muere
como un carozo infantil.

Lejos de la ciudad el silencio vive,
la cigüeña busca el sol en un horizonte mortal,
los autos olvidan su músculo de acero y materia,
los carteles escupen sin piedad, palabras.

sábado, 30 de marzo de 2013

Creo que estuve en Paris, pero ya no lo sé





Antes de llegar imaginé su esqueleto(de tubos y colores,
de sangre y metal).

En la plaza, los ávidos arlequines me devuelven el espejo
ajedrezado de mi soliloquio o mi fuga.

La gran ciudad exhibe sombrillas de azul(es la hora
del mediodía desde la colina vieja, ciega, solitaria).

Yo desconozco si en este día de amapolas habrá un sol
de misericordia o si las campanas lloverán al fin
sobre el mármol bendecido.

Soy un turista que abrió los ojos antes del cansancio,
mi mosaico resurge en las losas de este empedrado circunflejo,
gastado como una vela sin nombre, herido por la marea
del sortilegio o la penumbra.

Atisbo la metamorfosis del adoquin cuando la música reverbera
en la noche y nos muestra la sonoridad del agua,
su repicar ambiguo.

En el mercado, los pintores juegan a ser plumaje de un espejo irreal,
el artista que concibió su nieve en arterias de dolor,
y abrió la figura, la muerte y el delfín de la belleza.

Es cierto, Monet aún dibuja el amanecer líquido, los cristales cuyo reflejo
camina detrás como un murciélago, y los manuales corrompidos
por el tiempo, versículos imaginados por el poeta con llaves
de angustia y rimas de tictac.

Ni tú ni yo transitamos el idioma, su voracidad derrotó en los labios
el dulzor, la historia, el tragaluz.

De un museo a otro el río nos denuncia, hay puentes que miran
su sombra, que pasa y pasa como el latido de un dios.

Si lo piensas bien este mismo aire lleva en su sed nuestra memoria.

Jamás volverá a tu iris perfecto la glándula del reloj, los ángeles dorados,
el sonido de una voz que nunca reconocerías, la majestuosa
cicatriz de esta catedral fría y roja, fría y roja.


miércoles, 27 de marzo de 2013

Se cree un hombre pero todavía es un niño

Hay un margen donde no transitan las palomas.
La noche exhibe sus alfiles de mercurio y neón,
la verdad se ausenta de un viernes, desconocida
y múltiple. Es la hora de los abedules, el diamante
que divaga bajo un seno, la escondida sed de los taxis,
el agosto que tiembla en la cruz del sueño. Una vida
que arroja su espasmo, que se trasforma en jardín
de mil petunias aladas, la duda que elige los dormitorios
imperfectos en el azul de un laberinto. Él fue una estrella
inmadura, sus ojos de niebla le anteceden, sus pequeñas
manos dibujan eclipses y atmósferas, incendios que
ansían los arbitrios de la especie. Y de pronto se alza
el llanto o sus mejillas encuentran el nido de un verso
rojo, o tal vez en el oráculo su diminuto crisol encuentre
la senda, la llaga, la ruta que comienza a vivir.


viernes, 22 de marzo de 2013

La atracción

Ese tren que ya no se anuncia,
el rubio infalible del deseo.

La armonía del pájaro que vive en ti,
la mirada que huye como un sol sin bondad.

Los mil lugares en que te buscas,
las sombras que te pueblan,
la semilla desconocida,
los cafés amargos.

Llueve como si el espejo que amas
te hablara a ti.

Solo a ti.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Cambiar de vida

Cambiar de vida con mi juventud hecha pedazos.

Otra ciudad vieja y cansada, otro ritmo, otras palabras
que viajan solas.

¿Cuándo adiviné este temblor de la sangre, la fiebre
que bendice mi despertar?.Gárgolas de fiereza azul,
cuervos solemnemente dirigidos, niños que se creen
hombres, mentiras que se acumulan como desperdicios
ingrávidos.

Aquí todo es invierno(hasta la música suena a estalactita,
a cuerpos frágiles como copos de humo).

Tengo diecisiete años, mi esqueleto revive, mi vestimenta
me abriga con apariencia de ángel.

¡Qué ambiguo el dolor que se recoge en mis pasos, cuando
la mañana retoza y las estatuas no miran!. La humedad deja
un brillo apagado en las aceras, los cristales, cada vez más
grises todavía reflejan los cuerpos, el silencio de los mercados
no tiene nombre.

Pero estas tú sin saber quien eres, está el rastro de un acento,
la piel que cuidas con armonía de danza, los ojos delicados
del témpano, fríos como un dios.

Ya no espero más que un fluir(de tiempo, de brisa, de agua, de mi)
¿dejaré que el destino me convoque en la negritud de los teatros,
en las colas donde tu espalda forma un guiño de amargor y deseo?.

Sobrevive el mar como una lengua de espuma, al doblar las esquinas
el aire llega roto, salado, febril.

Siempre pensé que me esperarías(en las tardes de mayo, bajo los árboles
que depositan su espolón azul en tus pechos ardidos, en tu mirada inquieta)
como si la luz fuera este poema esquivo que habla por ti, por quien ya no existe.

Pluma infatigable de este eterno río de azar.

domingo, 17 de marzo de 2013

Un momento para la nostalgia



O GALO D´OURO

Aínda non aprendiches o paso.
Pero xa recoñeces o fogar.
Unha figura na pálpebra da luz,
co cristal refulgente do licor.
Buscas a madeira tallada e simple,
o seu refuxio de palabras. Hai un amencer
na túa música que é vontade. Deixemos
que o círculo se peche, esta noite de galgos,
de choiva e de inmortalidade.


EL GALLO DE ORO

Aún no has aprendido el paso.
Pero ya reconoces el hogar.
Una figura en el párpado de la luz,
con el cristal refulgente del licor.
Buscas la madera tallada y simple,
su refugio de palabras. Hay un amanecer
en tu música que es voluntad. Dejemos
que el círculo se cierre, esta noche de galgos,
de lluvia y de inmortalidad.


*O Galo D´ouro es un pub de aire bohemio que todavía existe en Santiago de Compostela.

sábado, 16 de marzo de 2013

Fotografía de una celebración


Posa su mano en el adiós.

Las caracolas del tabaco inundan su traje de marinero,
su misal, su metamorfosis.

Ordena los cabellos del cordón, la piel que se desangra
en volantes, atardecida por la edad.

De pronto, la algarabía de las mañanas ociosas, el calor
de un casi verano, los niños que desnudan el árbol
que ya es tiempo y latitud.

El blanco y negro reluce como un dogma, sus tentáculos
son nobles-como resulta noble el gesto de una paloma
que, cautiva, no despliega sus alas-.

En el almidón de las mesas hay círculos extraños
de despedida o de éxtasis.

Veo los abrigos como un sudario o una flor. Veo latir un ojo
que cruza puentes, que se nombra en el azar de un segundo.

La fotografía es ilusión. Sueño y codicia, lujuria que roba
su cicatriz a la herida o al mercurio inexacto del reloj.

En el ovillo de unas cejas no hay sol ni pronombre.

Busca la luz que desoiga el furor como un carruaje
de caballos azules, de caballos azules.



martes, 12 de marzo de 2013

Ya no entiendes casi nada

La enfermedad estira tu piel, la convierte en mueca.

Dentro, los huesos, las glándulas, los fluidos recuperan
su memoria de multitud que avanza como hormigas
azules.

¿Qué edad, qué perfil del tiempo atrapó tus guiños de adolescencia
o selló la maldición de diez palabras que a partir de ahí
cautivaron tu mente?.

Cuando el hombre brota, se anuncia, se exhibe, crea sus raíces,
su imagen y su ser.

Cuando la persona enfrenta los hechos de la vida con titubeo propio
de criatura, entonces es la verdad(la única verdad que pasa como el aire
o la brisa imperceptible)una flor de espinas y de colores
que mudan como si el azar tuviera cien máscaras de líquido
o fuera la luz la que ante ti formara espectros o alguien
nos negara el sueño de la sangre o de la sensualidad satisfecha.

La aurora te salva cuando buceas en su esqueleto y encuentras
la complicidad de los cuerpos, las frases a veces limpias, otras volcadas
al dolor(igual que este vagón que chirría y avanza indomable, rutinario).

Ya no entiendes casi nada, porque la vejez confunde en ti los gritos del mar,
la pasividad de los puentes, las plazas pequeñas o grandes, coloreadas
o grises, silenciosas o pobladas como enormes círculos de jauría.

Sí, todo es confusión cuando caminas sobre ese magma de ciudades
que te han habitado y piensas que en algún lugar del cosmos ya no habrá
memoria, ni duelo ni presencia, porque aunque no lo quieras reconocer
eres pasado vencido, contemplación de piedra, mudez del alma,
soliloquio de los elefantes que traicionan su duda y admiten su fin.

Llueve otra vez la misma lluvia, moja los recuerdos, parece
como si esperaran la caída de un nombre, quizá el tuyo.

domingo, 10 de marzo de 2013

Sólo mirarla




Su camisa dibuja un sol de bienvenida.

Sus jeans huelen a viento, a ola blanca.

No conocí la risa táctil de su noche,
tampoco el espíritu de su rubor.

Magia en la red de los dedos largos,
iris insondable o círculo herido.

Me gustan sus piernas de armonía,
el cuerpo sin nombre de la espera.

El tránsito de un reloj invisible
entre su luz y la nada.

sábado, 9 de marzo de 2013

Reunión familiar

Cae la fina lluvia sobre el ayer,
la espera es una derrota de fachadas,
la muerte trágica del reloj.

Las familias ocupan largas mesas de tiempo,
ya no se miran, ni siquiera exhiben el dolor
o la duda de no conocerse.

En los letreros las palomas persiguen un signo
de idolatría.

Mi mano presiona el botón de un ascensor de agua
¿sube o baja, transita el mar o el espacio?

Una tarde de fiesta que gira en volutas como el humo inexistente
del pensamiento.

No habrá hoy más razón que la misma despedida cuando los destinos
se alejen hacia un jardín oscuro, hacia los ojos sin luz de la añoranza.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Un dia cualquiera



En la humedad de las campanas no existe un sol.

El camino visita los ojos grandes del mercado,
la suavidad atlética de las estatuas, los trinos del alba.

Hay un mensaje que ignoro, lentas cuadriculas vigilan
mi paso,¿adónde el eco gris de las margaritas, su fulgor
de jardines inmóviles?

Una vez mi hogar fue piedra, su oración resplandecía
ente pilastras y miedo.

Me acostumbré al cántico de la lluvia roja(porque su aura
desnudaba mi destino y su caricia era pátina en los labios
siempre presentidos, tras el árbol del ingenio, en la memoria
de los duendes)

Me quedan los minutos voraces del neón, las caricaturas de un día
alegre, el son inconmovible de los lamentos en el jazz de tus falanges
de plástico.

Y es que llega el momento de la luz perdida, cuando tu palabra
busca el verbo que hiere y las banderas del iris bajan su músculo
hacia el vaso de peppermint, incendio de color.

Nada resucitó la raíz de lo comprensible, puede que su hábito
sea el disfraz, o puede que no encuentre en si misma la duda
o la apuesta que invoque un sueño.

viernes, 1 de marzo de 2013

Aún te quiero

Recuerda los planetas que no vimos, en el atardecer
de un noviembre. Las calles humedecen su rostro,
las últimas aceras ríen con su ayer hermafrodita
y hay en mi silencio estratagemas de invierno,
palabras que lloran su latitud insomne. Te quiero
como el largo túnel que atisba la sincronía de los
semáforos. Te quiero en lo que no vive, en tu ausencia,
en lo que dejas como un caparazón o flor o lúgubre
mentira. Algunas veces me refugio en los quioscos del vacío,
en mediodías de lluvia, cuando los hombres levantan el árbol
de sus paraguas y todo es más pequeño, vida entre
la vida, el maquillaje del agua. Sé que tu sombra
ya no existe, que en el acertijo del mañana dos más dos
son edad. Que volverás a la despedida de los cines,
a la reverberación de un tren solitario, al yugo que
ambiciona ser raíz en la nieve, un caleidoscopio de sal.


Hace poco volví a ver esta película. No creo que para alguien que ame el cine pueda haber una escena más conmovedora que ésta.